Al llegar al final de los trabajos de esta obra me he dado cuenta con asombro de hasta que punto la carta de navegación que acompaña el disco es en realidad un mapa de mi alma. Para mí, crear es el proceso de materializar realidades construidas a partir de un conjunto
de experiencias, deseos, sueños y de todo aquello que me envuelve. Esta República Mediterránea cuenta nuevas historias, trabajadas
en un periodo más sereno, en el que la búsqueda de respuestas se ha intensificado y ha provocado un aumento desmesurado de las preguntas. Y en el que los límites entre lo real y lo irreal se han vuelto más irreconocibles
y por lo tanto más sugerentes. Las cosas se ordenan de forma natural y se estructuran como si se hubieran pensado previamente. Y reconozco que no es así, y si lo es, yo no soy consciente de cómo ocurre.
Entre esas cosas que pasan vale la pena mencionar
como nació Liberté. Andrés Cascio me pidió a finales de junio de 2005 que hiciera una música que pudiera expresar una idea: años de trabajo en la consecución de la libertad. A cambio me daba la oportunidad de afrontar dos retos. Por un lado intentar explicar con música un concepto abstracto, y por otro hacer
por primera vez una composición respondiendo
a un encargo.
Vicenç Molina, que supo del encargo y de mi voluntad de intentar cumplirlo, me pidió que el sonido de la composición fuera melodioso, elegante, armonioso, constructor y plácidamente
sensual. Quiero imaginar que Vicenç lo pedía con su mejor disposición y buena intención,
pero analizada la petición no estaba mal. A cambio me dio la posibilidad de descubrir
en su despacho–templo de la Universidad de Barcelona un fragmento de un poema de Paul Eluard que inspiró la música y se convirtió
en la letra del himno que incorpora la pieza y que le da nombre.
Joan Francesc Pont se sumó entusiasta al proyecto y aportó la confianza y los medios necesarios para la producción. A cambio me dió un elemento fundamental: los mimbres de la cesta que contiene la República Mediterránea,
basada en sus ideas y escritos.
Andrés puso la idea, Vicenç puso el marco y la poesía, Joan Francesc puso la letra y el espíritu,
yo puse la música y Carles Trepat puso la magia. Una locura maravillosa.
Espero que disfrutes de esta Republica Mediterránea
tanto como yo haciéndola y que comprendas que es una forma de entender la vida, o mejor un proyecto de vida al que todo el mundo que comparta su significado es bienvenido.
Te agradeceré de forma especial que me hagas llegar tus comentarios, sensaciones,
ideas, críticas..., a: ergoclicks@gmail.com. Me comprometo a contestarte.
Nos vemos en la República Mediterránea.