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CARTA DE NAVEGACIÓN
Esta República Mediterránea no es un Estado. Es un espacio de convivencia en el que florecen la cultura y la civilización; un mundo en el que cada hombre y cada mujer busca su felicidad.
No es un feudo masculino, propiedad exclusiva de los dioses terribles y vengadores del Libro. Es un Mediterráneo femenino, iluminado por Isis y por Minerva, por la leyenda de una María Magdalena capaz de amar y ser amada.
Es un Mediterráneo laico o no sería el mare nostrum, porque malviviría dividido y amenazado por los ejecutores de la venganza divina.
Un espacio donde hacer la revolución que hoy necesita el mundo: la del conocimiento. Las dificultades políticas y religiosas se alimentan de la ignorancia y de la superstición. El conocimiento se mantiene distribuido de forma injusta y han de romperse los muros para que la sabiduría se extienda sobre la tierra.
Para esta labor tenemos que utilizar y universalizar internet y los medios de comunicación, ha de generalizarse el dominio del inglés como lingua franca, y los reformistas demócratas de todos los países han de elevar su voz, conforme a su propia tradición, pero con el soporte manifiesto y eficaz de sus conciudadanos del resto del mundo.
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| Liberté |
| Clara |
| Al Iskandariyah |
| Mujer en siena de Helios Gómez |
| Sal y azúcar |
| Te echaré de menos |
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