Ferrer i Guàrdia, el más monumental
Montjuïc, Pedralbes y Vall d'Hebron
acogen las tres obras que evocan al pedagogo
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JOSEP
MARIA HUERTAS CLAVERÍA - LA VANGUARDIA 13/10/2003
Tal día como hoy, hace 94 años, fue fusilado el maestro fundador de la
Escuela Moderna, Francesc Ferrer i Guàrdia. La fundaciòn que lleva su
nombre presentará hoy en su sede de la calle Avinyó, 44, el manifiesto de
la nueva Lliga per la Laicitat al mismo tiempo que estrena una composición musical, “La llum”, de Eduard
Rodés, en homenaje a Ferrer.
Más curioso y poco conocido es que Ferrer i Guàrdia sea el personaje que
cuente con más monumentos en Barcelona, concretamente tres. No son extraños
los casos de duplicidad (Bolívar, Frederic Mistral, Pompeu Fabra, Pi i
Margall), pero de casos triplicados sólo conozco éste.
No deja de ser paradójico que Ferrer i Guàrdia, personaje detestado por los
conservadores de todas las épocas, haya alcanzado este inesperado honor.
Todo empezó un lluvioso 13 de octubre, el de 1990, cuando se inauguró en
Montjuïc una copia del monumento a Ferrer i Guàrdia que existe en Bruselas,
obra de August Puttemans. La capital belga se había distinguido en la
defensa del fundador de la Escuela Moderna, cuando éste fue condenado a
muerte y fusilado por endilgarle injustamente el Gobierno español la
autoría de la dirección de los disturbios de la Semana Trágica de julio de
1909.
El 27 de junio de 1934 el Ayuntamiento republicano había colocado una
primera piedra para un monumento que nunca se llegó a construir en una
barriada de las Casas Baratas. Hubo que aguardar a 56 años después para que
el Ayuntamiento promoviese otro monumento que esta vez, y pese a las
reticencias de Convergència i Unió, llegó a buen puerto.
El año 2001, con la excusa del centenario de la Escuela Moderna, la
facultad de Ciencias Empresariales decidió aceptar la oferta de un
bajorrelieve realizado por los estudiantes de Bellas Artes de la ciudad
italiana de Carrara, dirigidos por el arquitecto belga Dominique Stroobont,
para colocarlo a la entrada. El bajorrelieve reproduce el famoso dihujo de
Flavio Costantini que muestra el fusilamiento de Ferrer i Guàrdia. Fue
inaugurado el 16 de octubre del 2001.
Y el tercer monumento llegó de la mano de Xavier Hernández, a la sazón
decano de Ciencias de la Educación de la Universitat de Barcelona, que
también quería recordar el centenario de la Escuela Moderna. “Intenté que
Francesc Torres, un artista al que admiro, crease un monumento original.
Propuso una ristra de pupitres con una lámpara votiva que siempre estuviese
iluminada, pero económicamente era inviable.” Hernández no se arredró.
Aprovechó el busto de Josep Cardona que poseían los descendientes de un
maestro de Calafell y lo colocó en el campus universitario de los Hogares
Mundet el 23 de abril del 2002. El pequeño busto, realizado en 1902, con su
peana, se alza frente a la iglesia de Mundet.
El interés por Ferrer no decae. Aparte de esta triple monumentalidad,
Agustí Corominas ha dirigido “Ferrer i Guàrdia, una vida per la llibertat”,
un documental de 52 minutos con Arnau Vilardebó haciendo de Ferrer en
algunas escenas, que se estrenará en TV3. Según su director, ha costado
alrededro de 3.000 euros y han colaborado activamente el Ayuntamiento de
Barcelona y la televisión autonómica.
Aparte de Vilardebó, en el filme aparecen con sus opiniones Marta Mata, los
historiadores Pere Solà y Pere Gabriel, el director de “Cuadernos de
Pedagogía”, Jaume Carbonell, y el director de la Fundación Ferrer i
Guàrdia, Jordi Serrano.
Si tenemos en cuenta que la única vez que se intentó poner el nombre de
Ferrer i Guàrdia a una plaza –la de Urquinaona– sólo duró los años de la
Guerra Civil, habrá que convenir que el polémico maestro ha pasado de ser
odiado a respetado. Los tres monumentos son una prueba abrumadora.
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